domingo, 10 de marzo de 2013

Prólogo a la "Memoria sobre las hormigas inglesas" de William Gould (1747)

Foreword to William Gould's An account of English ants (1747)

En 2012 traduje la Memoria sobre las hormigas inglesas de William Gould (1747), primer libro impreso de la historia de la mirmecología moderna. Acordé con la editorial Vision Libros una tirada autoeditada de 35 ejemplares (mi modesta economía doméstica no daba para más). Hace unos días el editor ha hecho una reimpresión. Con tal motivo ofrezco al lector el prólogo que compuse para tan singular obra, prólogo que me llevó a indagar durante un mes en archivos, bibliotecas y hemerotecas inglesas tras la pista de Gould, naturalista pionero y párroco de St Mary en Stapleford Abbotts, Essex.


PRÓLOGO

        Contexto histórico
La primera mitad del siglo XVIII estaba en sazón para iniciar definitivamente la portentosa aventura científica del estudio de las hormigas, una aventura que en nuestros días ha producido decenas de miles de artículos y libros, la aparición de diversas instituciones y revistas especializadas o la descripción de 13000 especies, y que ha sido capaz de generar ideas renovadoras sobre la sociabilidad y la cognición animal.
El siglo XVII fue una época de transición en la que convivieron la tradición erudita y escolástica heredera de los clásicos grecolatinos –así, las obras de Bustamante de la Cámara (1595), Ulisse Aldrovandi (1602), Jeremia Wilde (1615), Baldassarre Bonifacio (1652) o Johann S. Dilger (1684)– con estudios que comenzaban a incidir en la experimentación y la observación, en muchos casos asistidos por el uso creciente del microscopio y de los nidos artificiales, y que dieron lugar a las primeras descripciones fidedignas de la anatomía y la metamorfosis de las hormigas: Edmund King (1666-1667), von Leeuwenhoek (1695, 1715-1722), Jan Swammerdam (1669, 1737-1738) o John Ray (1710). Al mismo tiempo, aparecieron –estrechamente vinculadas a las aplicaciones terapéuticas del “jugo ácido” de las hormigas– varias monografías sobre la naturaleza y propiedades de dicha sustancia: por ejemplo, las de J. Ray (1670) o Pauli G. Sperling (1689). Fuera de Europa, y haciendo abstracción de lo que pudieran haber hecho los naturalistas árabes y de Oriente, cabe destacar las interesantes observaciones sobre hormigas que realizaron numerosos misioneros y naturalistas –en buena parte españoles– en América y Filipinas, observaciones que permanecieron inéditas hasta tiempos recientes: Bernabé Cobo (1956 [c. 1653]), Francisco I. Alzina (1996 [c. 1668]), Pedro de Mercado (1957 [c. 1683]), etc.
Entrado el siglo XVIII, Carl Linnaeus (1741) publica en sueco un artículo fundamental (traducido años más tarde al latín, al alemán y al francés) en el que establece definitivamente la naturaleza de las castas de las hormigas: los machos y las hembras fértiles (antes de convertirse en reinas), con alas; las obreras, ápteras y estériles (aunque erróneamente consideradas como individuos asexuados). Dará inicio, también, a la clasificación binomial de las hormigas. El hallazgo de Linnaeus (frente al error de Swammerdam, que creyó que todos los individuos alados eran machos) habrá de ser redescubierto, de forma independiente, por tres autores que van a abordar el estudio de las hormigas de manera novedosa. R. A. F. Réaumur (1926, [c. 1743]) en Francia, William Gould en Inglaterra (1747) y José Celestino Mutis en Colombia (2010, [c. 1760-1780]) dedicarán largos años al seguimiento del ciclo biológico de las colonias de varias especies. Se interesarán por la anatomía, la caracterización de las castas, la estructura de los nidos, las diferentes tareas de las obreras dentro y fuera del hormiguero, las migraciones, la alimentación, la reproducción, la fundación de nuevas colonias, el desarrollo de las crías… Puede decirse, con propiedad, que esta perspectiva general y abarcadora del ciclo biológico de las hormigas, lograda mediante extensas observaciones y experimentos, inauguró la moderna mirmecología.
Mientras las observaciones de Réaumur y Mutis quedaron manuscritas e inéditas hasta el siglo XX, Gould publicó las suyas bajo el título de An account of English ants (1747), un pequeño libro de 109 páginas que sería el primero, de carácter netamente naturalista, de la historia de la mirmecología.

Apunte biográfico de William Gould
¿Quién era William Gould? Los datos biográficos disponibles son escasos y contradictorios, variando según las fuentes consultadas. Para poner en claro algunos puntos de su biografía, he consultado varios documentos originales de archivos y registros eclesiales de Inglaterra, además de libros, periódicos y revistas de la época, y he contado con la colaboración inestimable de algunos expertos en genealogía.
William Gould nació el 6 de enero de 1714 en la hacienda de Sharpham Park, una propiedad de su familia situada en la ciudad inglesa de Glastonbury, condado de Somerset, y fue bautizado el 3 de febrero del mismo año en la iglesia de St Benedict (Glastonbury). Su abuelo Henry Gould fue juez del Tribunal Supremo, y tanto su padre Davidge, como varios de sus numerosos hermanos [1], siguieron la carrera jurídica. Su primo Henry Fielding fue un conocido escritor, y su sobrino Davidge Gould llegó a Almirante tras servir junto a Nelson en la batalla de Trafalgar. 
Parece que asistió a la escuela Free Grammar de Tauton, Somersetshire, entre 1725 y 1732 [2]. En 1732 se matriculó en Exeter College, de la Universidad de Oxford, licenciándose en Letras en 1736 y obteniendo la maestría en 1739. En 1774 se doctoró en Teología por la Universidad de Cambridge [3] con su discurso Concio Ad Clerum Habita Cantabrigiae…, Pro Gradu Doctoratus in Sacra Theologia [4]. 
En 1738 fue nombrado diácono, y en 1748 se ordenó sacerdote anglicano. Con toda probabilidad, fue vicario de Somerton (Somerset) entre 1749 y 1762 [5]. Finalmente, de 1767 a 1799 fue párroco de Stapleford Abbotts (Essex), donde regentó la iglesia de St Mary [6]. Stapleford Abbotts tenía por entonces cerca de 300 habitantes y unas 45 casas [7].

Iglesia de St Mary en Stapleford Abbotts, Essex. (© 2007 Dave Taskis, con permiso)

De acuerdo con varias crónicas de la época [8], William Gould murió, tras una breve enfermedad, el 16 de marzo de 1799 en Stapleford Abbotts. Sus restos recibieron sepultura el 25 de marzo, según consta en el libro de registro de St Mary [9]. Tenía entonces 85 años. Cuatro años antes, el 25 de agosto de 1795, Gould se había casado en St Mary con Elizabeth Gordon, una joven de 28 años procedente de Bromley, Middlesex [10]. A ella legó la mayor parte de sus propiedades en su testamento [11]. No olvidó a varios de sus hermanos y amigos, ni a las personas que servían en su casa, ni a los pobres de su parroquia, a los que dejó 105 libras a repartir anualmente los días de Pascua y Navidad, según se hizo constar en un tablón en el interior del templo.

Comienzo del testamento de William Gould. En el margen derecho, su firma y su nombre: “El Reverendo William Gould Doctor en Teología”. 
(The National Archives of the UK, ref. PROB 11/1322, 1799).

La obra de William Gould
La obra publicada de Gould es muy escasa. Además de su discurso para la obtención del grado de doctor en Teología (1774), se tiene constancia de la edición de al menos un sermón que dio ante el obispo de Gloucester (1782). En cuanto a la zoología, parece que sólo publicó el libro sobre las hormigas inglesas (1747). En 1774 fue elegido miembro de la Royal Society a propuesta de cinco de sus socios: Jeremiah Milles (deán de la catedral de Exeter), George Baker y Noah Thomas (médicos), y Daniel Solander y Joseph Banks, ambos notables naturalistas que acompañaron al capitán Cook abordo del Endeavour en su primer viaje de exploración por el océano Pacífico. Banks  sería presidente de la institución durante más de 40 años. En el acta de nombramiento [12] se hace constar que Gould es autor de un ensayo sobre las hormigas, que es un caballero versado en ciencias naturales y que llegará a ser un miembro útil a la Royal Society. Nada sabemos de la actividad que allí realizó, pero es lo cierto que nunca publicó artículo alguno en la revista de la institución, las Philosophical Transactions.
Estamos, pues, ante un caso singular: William Gould, procedente de una familia acomodada, culto e interesado por las ciencias naturales, publica una sola obra científica a los 33 años de edad; durante los 52 años siguientes, hasta su muerte, no volverá a publicar nada. Pero esta obra única, su An account of English ants (1747), merece ser considerada como un clásico de la Historia Natural. Veamos algunas de sus características.
Ya desde el prefacio Gould se muestra preocupado por las cuestiones de método. De Joseph Addison (1672-1719), escritor y político inglés, toma en especial consideración su propuesta de que los naturalistas centren la atención en especies particulares, estudiando en cada una de ellas todos los aspectos posibles, desde la anatomía y el desarrollo al comportamiento, y que el conjunto de las descripciones así obtenidas forme en el futuro un gran corpus de Historia Natural. De Francis Bacon (1561-1626), filósofo de la ciencia y político inglés, destaca la perfectibilidad de las investigaciones, que deben estar siempre abiertas a nuevos datos y descubrimientos.
 Como ya hiciera Swammerdam en el siglo XVII, Gould emplea a menudo el microscopio y los nidos artificiales. Durante varios años –probablemente los que transcurren entre su graduación en Oxford (1739) y su ordenación como sacerdote (1748)– le vemos salir al campo, excavar hormigueros y realizar numerosos experimentos. Un rasgo muy característico suyo es la prudencia metódica: lo que observa en determinadas hormigas y ambientes pudiera ser diferente en especies y climas distintos. El estudio de sólo 5 especies fue suficiente para que apreciara la diversidad de morfologías y conductas, estableciendo fructíferas comparaciones. Por último, y muy revelador, Gould se hace preguntas ante cada estructura, proceso o comportamiento que tiene a la vista. Preguntas a las que intenta responder, desde su creencia en el diseño divino de la Naturaleza, con explicaciones funcionales: todo debe tener una razón de ser, un sentido adaptativo que dé cuenta de lo observado. 
A continuación expondré sucintamente algunos ejemplos de descripciones, experimentos y explicaciones funcionales que aparecen en el libro de Gould:
      Descripciones. Gould fue el primero en describir con detalle la manera en que las hormigas construyen los nidos, la ayuda que prestan las obreras a los individuos metamorfoseados para facilitar su salida del capullo, y la existencia de gusanos parásitos en el interior del gastro de Lasius flavus, probablemente nematodos mermítidos (Crawley y Baylis, 1921). Describió la desalación en las hembras aladas y refirió, frente a lo afirmado por Réaumur y Linnaeus (del que desconocía su artículo de 1741), que no sucede lo mismo con los machos. Acertó básicamente en la caracterización de las castas: reinas, machos y obreras, aunque consideró a estas últimas como asexuadas, tal como hicieron Swammerdam, Réaumur y Linnaeus. Dudó si las hembras aladas se convertían realmente en reinas, inclinándose finalmente por esta opción tras realizar diversos experimentos y comparaciones anatómicas entre reinas y hembras recién desaladas. Observó las migraciones y el transporte de adultos en Formica rufa, así como el sistema de pistas permanentes de Lasius fuliginosus. Describió el comportamiento de alimentación de las larvas por parte de las obreras, aunque desconoció que la reina es la encargada de alimentar a la primera generación de larvas tras la fundación de la colonia. Advirtió que las larvas de Myrmica scabrinodis no hacen capullos, y que existe polimorfismo en las obreras de L. flavus y F. rufa. Desdiciendo a Edmund King, afirmó que es la reina, y no las obreras, la que pone los huevos. Gould creyó erróneamente que los huevos oscuros (de áfidos), que se encuentran en los nidos de L. flavus, eran los destinados a producir reinas y machos. Como Swammerdam, dio cuenta de las diversas fases de la metamorfosis. Confundió los montículos generados por los topos con aquellos producidos por L. flavus.
Experimentos. Gould realizó diversos experimentos para conocer el estatus y la jerarquía de la reina en el hormiguero, así como la autonomía de la colonia en función de su presencia o ausencia. Constató que pequeños grupos de obreras con una reina, extraídos de una colonia grande, se reorganizaban de inmediato en los formicarios, y que una reina con huevos era adoptada por obreras de otra colonia. Estudió la relación variable de distanciamiento o acercamiento de las obreras hacia la reina, antes y después de cada puesta. Realizó sencillas pruebas para distinguir los machos de las reinas. Hizo experimentos sobre la capacidad de las obreras para discriminar los huevos o pupas interpuestos entre objetos o sustancias de apariencia similar. Realizó, en fin, ensayos sobre la elección de alimentos por parte de las obreras, ensayos encaminados a demostrar que las hormigas inglesas no recolectaban granos ni los almacenaban. Esta conclusión, que pretendía desmentir una larga tradición clásica y medieval, fue matizada prudentemente por Gould, que reconoció que bajo otras condiciones, en países más cálidos, bien podría haber hormigas recolectoras de grano.
Explicaciones funcionales. Gould sugirió interpretaciones funcionales de los ocelos, de las antenas (relacionando su longitud con el tamaño de los ojos), de los ganchos del aparato reproductor de los machos, del diseño de las galerías y de la forma oval de las cámaras. Se preguntó por la escasa movilidad de las larvas de las hormigas en comparación con las de otros insectos, por la existencia de aguijón en Myrmica scabrinodis (aguijón del que carecían las otras especies que estudió), y por la transformación del alimento en el estómago de las obreras antes de ser regurgitado a las larvas. Planteó la relación entre el número de reinas en cada nido, el tamaño de las mismas y la producción de crías. Consideró los domos y montículos de los hormigueros como construcciones defensivas y captadoras del calor necesario para la maduración de las larvas y las pupas. Atribuyó esa misma función termorreguladora al periódico traslado de los inmaduros, por parte de las obreras, a cámaras superficiales o profundas dependiendo de la temperatura y del grado de humedad.

Difusión del libro de William Gould
El libro pionero de William Gould, An account of English ants, fue ciertamente citado y comentado, en varios países europeos, desde su aparición en 1747 hasta finales del siglo XVIII. Sin embargo, extrañamente, pasó inadvertido o fue obviado por los autores que, en ese periodo fundacional, más contribuyeron al desarrollo de la naciente mirmecología.
Veamos algunos ejemplos. El reverendo Henry Miles (1746-1747) hizo una larga recensión del mismo en las Philosophical Transactions; aparecieron dos reseñas anónimas en Hamburgisches Magazin (1747) y Neues gemeinnütziges Magazin (1761); se menciona en los artículos de Johann G. Gleditch (1749), John T. Needham (1780), Pierre J. Amoreux (1789) y otro anónimo publicado en Hamburgisches Magazin (1774); se comenta en Journal des Savants (1747) y Journal encyclopédique ou Universel (1758); se recoge en diversas enciclopedias, diccionarios y revistas de la época: Compendieuse physikalische Bibliothek (1754), Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des Sciences… (1757), Göttingische Anzeigen von gelehrten Sachen (1757), Der Arzt: eine medicinische Wochenschrift (1760), Dictionnaire raisonné universel d'histoire naturelle (1768), Oekonomische encyklopädie (1778), Dizionario Corografico… (1783) y Handbuch der Naturgeschichte Oeconomie (1786).
Pero, como decía, sorprende la ausencia de menciones al libro de Gould en varias de las obras decisivas de esos años: Mémoires pour servir à l'histoire des Insectes de Charles De Geer (1752-1776); Naturgeschichte, Classification und Nomenklatur der Insecten von Bienen, Wespen, und Ameisengeschlecht… de Johann L. Christ (1791); el extenso capítulo sobre las hormigas, revisando lo publicado hasta entonces, de Guillaume Olivier (1792) en la Encyclopedie methodique; los dos trabajos fundamentales de Pierre A. Latreille: Essai sur l'histoire des fourmis de la France (1798) e Histoire naturelle des fourmis... (1802); y Recherches sur les moeurs des fourmis indigènes de Pierre Huber (1810).
A partir de entonces, y a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX, William Gould será reivindicado en sucesivos trabajos compilatorios de notables mirmecólogos y naturalistas. Así, en los clásicos An introduction to entomology de W. Kirby y W. Spence (1815-1826); Les fourmis de la Suisse de Auguste Forel (1874); Ants, Bees and Wasps de John Lubbock (1882); Ants, their structure, development and behaviour de William M. Wheeler; y British Ants: their life histories and classification de Horace Donisthorpe (1915), que calificó a Gould como padre de la mirmecología británica.
Paradojas de la historia, los tres autores que dieron inicio a la mirmecología naturalista en el Siglo de las Luces –Réaumur, Gould y Mutis– no ejercieron influencia directa y perdurable en la comunidad científica de la época. Sin conocerse entre ellos, sus obras independientes corrieron pareja suerte: las de Réaumur y Mutis permanecieron inéditas durante más de 150 años; la de Gould quedó, en muchos casos, olvidada o desconocida hasta tiempo después de su muerte.
  
Breve glosario
En la traducción se ha respetado, en lo posible, la vieja terminología de Gould. Algunas palabras, sobre todo las que se refieren a la anatomía, pueden dar lugar a equívocos. Otras son raras o en desuso, o con varios sinónimos a lo largo del texto. Doy aquí un glosario de algunas de ellas:

Alvus. Gastro, abdomen (excluido el propodeo y el peciolo).
Aurelia. Pupa, ninfa.
Ciudad. Nido, hormiguero.
Cuerno. Antena, palpo (labial y maxilar).
Cuerpo. Gastro, alvus, abdomen (excl. el propodeo y el peciolo).
Filosofía. Filosofía natural, ciencias de la naturaleza.
Filósofo. Hombre de ciencia.
Habitación. Cámara, celda, aposentamiento.
Hormigas comunes. Obreras, trabajadoras.
Juntura. Segmento, artejo.
Licor. Ácido fórmico.
Ligamento. Segmento que une la cabeza con el tórax, o el mesosoma con el gastro (peciolo).
Mosca. Hormiga con alas.
Mosca-hormiga grande. Hembra con alas.
Mosca-hormiga pequeña. Macho con alas.
Palpo. Palpo labial o maxilar, antena.
Pecho. Tórax, mesosoma (tórax más propodeo).
Púa. Espina.
Sierra. Mandíbula.
Transmutación. Metamorfosis, transformación, cambio, alteración.
Vermículo. Larva, gusano, gusano pequeño.

Las hormigas de William Gould
Gould estudió únicamente 5 especies de hormigas [13] a las que se refirió con los siguientes nombres comunes: hormiga de montículo, hormiga azabache, hormiga roja, hormiga amarilla común y hormiga negra pequeña. Kirby y Spence (1815-1826) dieron una primera relación con los nombres científicos correspondientes a las denominaciones de Gould, pero erraron en dos de ellos. Fue Donisthorpe (1915), en su tratado sobre las hormigas inglesas, quien dio las correspondencias correctas.
Con la sinonimia actualizada, esta es la lista de las hormigas observadas por Gould:

1.      La hormiga de montículo: Formica rufa Linnaeus, 1761
2.      La hormiga azabache: Lasius fuliginosus (Latreille, 1798)
3.      La hormiga roja: Myrmica scabrinodis Nylander, 1846
4.      La hormiga amarilla común: Lasius flavus (Fabricius, 1782)
5.      La hormiga negra pequeña: Lasius niger (Linnaeus, 1758)

Comentario a la edición
De las 78 notas a pie de página que aparecen en el libro, sólo las trece primeras –las incluidas en este prólogo– son de mi autoría. Las restantes (de la nº 14 a la 78), son todas de William Gould.
He intercalado a lo largo del texto varias ilustraciones antiguas fechadas entre 1665 y 1802, ilustraciones que pueden dar una idea al lector de la curiosa evolución seguida por la iconografía de las hormigas en paralelo al desarrollo de las investigaciones y el uso del microscopio.

Las 5 especies de hormigas estudiadas por William Gould
(fot. Dr. Christiana Klingenberg: http://www.ameisen-net.de).

Agradecimientos
A Christiana Klingenberg, que me cedió las fotografías de las especies que observó Gould. A Dave Taskis, que me dio permiso para publicar su fotografía de la iglesia de St Mary, en Stapleford Abbotts, donde Gould fue párroco los últimos 32 años de su vida. A Julia Ramos, que me ayudó a editar la imagen del testamento. A Nancy Frey y David Hartley, que me ofrecieron valiosos datos biográficos del reverendo. A David Armstrong, Ellen Spence, Judith Upton y Brenda, que me enseñaron que la aplicación de los calendarios juliano y gregoriano fue el motivo de la fecha dual de nacimiento de Gould que aparece en el libro de registro de la iglesia de St Benedict. 

A todos, muchas gracias.
Madrid, mayo de 2012.

José María Gómez Durán

 ****

Ilustración de la Micrographia (1665) de Robert Hooke (1635-1703)


Notas


[1] Los padres de William Gould –Davidge Gould y Honora Hockmore– tuvieron, al menos, 9 hijos más: Henry, Davidge, Thomas, Richard, Gregory George, Honora, Penelope, Sarah y Jane. Las dos últimas, solteras, debían vivir con William Gould en torno a 1760 (The National Archives of the United kingdom, Lease in reversion  DD\SAS\H/104/14/14,  1760).
[2] En Martin C. Battestin. 2000. A Henry Fielding companion. Greenwood Publ. Group.
[3] A Cambridge Alumni Database. ID GLT774W. URL: http://venn.lib.cam.ac.uk/.
[4] El discurso trata sobre la profecía de Isaías de que habría un rey, Ciro, con el que los israelitas volverían a Jerusalén y restaurarían su templo.
[5] The Clergy of the Church of England Database. Person ID 41960. URL: http:// www.theclergydatabase.org.uk/.
[6] The Clergy of the Church of England Database. Person ID 118492. URL: http:// www.theclergydatabase.org.uk/.
[7] “Stapleford Abbots: Introduction”, A History of the County of Essex: Volume 4: Ongar Hundred (1956), pp. 222-223. URL: http://www.british-history.ac.uk/ report.aspx?compid=15672. Consultado el 17 de abril de 2012.
[8] The European magazine and London review, vol. 35, p. 215. 1799; y The Gentleman's magazine, vol. 85, p. 262. 1799.
[9] Essex Archives Online. Register of baptisms and burials. D/P 377/1/3. URL: http://seax.essexcc.gov.uk/.
[10] Essex Archives Online. Register of marriages and banns. D/P 377/1/2. URL: http://seax.essexcc.gov.uk/.
[11] The National Archives of the UK (TNA). PROB 11/1322, 1799.
[12] Library and Archive catalogue of the Royal Society. EC/1774/06.
[13] Ray (1710) y Linnaeus (1741) observaron igualmente, en sus respectivos trabajos, 5 especies de hormigas.

Referencias
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